viernes, octubre 03, 2008

■ Cineastas iberoamericanos llaman a buscar mayor penetración de trabajos de AL

México ofrece mucho para hacer documentales: Alejandra Islas


■ A 40 años del movimiento estudiantil los genocidas siguen sin castigo: Óscar Menéndez

■ Televisa ha utilizado, sin autorización, material fílmico del 68, dice el realizador de Únete pueblo

Jorge Caballero

El cine documental latinoamericano debe encontrar los canales de exhibición para lograr una mayor penetración, fue una de las conclusiones colectivas de los participantes en la mesa redonda Cine y movimientos sociales en Iberoamérica, realizada en el contexto del Primer Congreso de Cultura Iberoamericana que se realiza en el Centro Nacional de las Artes (CNA); al tiempo, los cineastas remarcaron la importancia de este género en las luchas y acontecimientos políticos de los últimos 50 años.

En la charla participaron la directora y guionista mexicana Alejandra Islas, el realizador argentino David Blaustein, el fundador del Museo de la Palabra y la Imagen de El Salvador, Carlos Henríquez, el cineasta cubano Manuel Pérez Paredes y el cinedocumentalista Óscar Menéndez, realizador de trabajos como México 68-98, Dos de octubre, aquí México y Únete pueblo.

Este último se salió del guión y dijo: “Hoy se cumplen 40 años del 2 de octubre de 1968 y me siento triste porque no hemos logrado que se haga justicia. Mientras en otros países, como Argentina o Chile, han castigado a genocidas y criminales aquí en México no se castiga a nadie”; además, se quejó de cómo la televisión privada ha utilizado pietaje y escenas del material fílmico de ese movimiento: “Específicamente, Televisa, la empresa que ha estupidizado al pueblo mexicano tantos años; hemos interpuesto algunas demandas contra ellos y nos hemos librado de que nos contrademanden, porque estaríamos en la cárcel. La ley de derechos de autor es muy clara: aquél que hurta un material registrado debe ser encarcelado; pero vivimos en un país de impunidad y los derechos de autor los maneja una empresa que tenga dinero.”

Importancia social del género

Por su parte, Alejandra Islas, hizo un recuento de la importancia del cine documental en las luchas sociales de México y remarcó el creciente interés de los jóvenes realizadores en este género, las nuevas tecnologías que hacen más accesible la producción fílmica y las escuelas de cine: “El movimiento magisterial de Oaxaca, la lucha de los mineros de Pasta de Conchos, los movimientos homosexuales y ecologistas, la batalla contra la pederastia, el problema de los feminicidios, la inseguridad, el asesinato de periodistas y migrantes, el movimiento ciudadano por la democracia y el levantamiento del Ejército Zapatista son tan sólo algunos ejemplos del gran interés por el género documental.”

Asimismo, la directora de Muxes: auténticas, intrépidas, buscadoras del peligro, precisó que la aparición de espacios como el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y otras instituciones privadas han jugado un papel importante en la formación de documentalistas para nutrir el género con gran éxito. Expresó: “México ofrece miles de temas para documentales, y a pesar de la discontinuidad de la producción de otros años, actualmente se encuentra en proceso de hacer nueva historia, que se refleja en los movimientos sociales de la actualidad. Pero también hay muchos otros que surgen de la vida cotidiana y de sus personajes y que, sin duda, son igualmente valiosos”.

La también autora del largometraje Los demonios del Edén y fundadora del Festival de la Memoria: Documental Latinoamericano en Tepoztlán, afirmó: “El auge por el documental se refleja en festivales como el Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México, DOCSDF; el Internacional de Cine de Morelia; Ambulante-Gira de Documentales, y el Festival Internacional de Cine de Guadalajara. En cada uno se proyecta una buena oferta de películas y gran cantidad de actividades; contribuyen a nutrir a un público más interesado en el documental, ayudan a la formación de realizados y multiplicar sus trabajos”.

Memoria salvadoreña

En su intervención, el centroamericano Carlos Henríquez dijo: “El documental ha sido importantísimo, por guardar la memoria del movimiento de liberación en El Salvador que hizo Radio Venceremos, que trasmitió clandestinamente durante 11 años desde las montañas de Morazán, cuando el gobierno de Reagan anunciaba que la resistencia había sido aniquilada. Estos materiales sirvieron para hacer el Museo de la Palabra y la Imagen, para preservar la memoria e identidad salvadoreñas.”

En tanto, el realizador cubano Manuel Pérez afirmó: “Una buena cantidad de documentales después del triunfo de la Revolución se realizaron para rescatar la historia de la cultura cubana, de la etapa republicana y de lucha, pero reinterpretando los acontecimientos complejos de nuestra historia nacional; esto se consuma con la formación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC). En los años 90 aparece una generación de cineastas que se forman algunos fuera y otros dentro del ICAIC, por las nuevas tecnologías digitales que permiten que aparezca un cine documental independiente; que abordan la realidad y conflictos por los que atraviesa Cuba, una realidad muy diferente a lo que vivimos en los 60.”

Por último, el realizador argentino David Blaustein ponderó el importante papel que ha desempeñado el cine social y documental en la historia de los movimientos políticos y económicos en su país: “No podemos explicar el cine social sin remitirnos al Colectivo Cine Liberación y al Colectivo de la Base, que fundaron una escuela de este género, que cuando proyectaban sus trabajos en barrios o fábricas, al cambiar las bobinas para continuar la función, provocaban el debate entre los asistentes... los colectivos de cine posteriores son hijos directos de estos dos. Me refiero al mal llamado cine piquetero que se generó después de la crisis de 2001 que generó una reacción fílmica de retratar la vida de los cartoneros (recolectores de papel y plástico) y de los trabajadores en las fábricas textiles, de calzado, de cerámica y de alimentos de toda Argentina; además, los trabajos venían desde distintas visiones, lo cual nos da una objetividad de cómo se vivió esa crisis”.

miércoles, octubre 01, 2008

chiste malo

miércoles 1 de octubre, 03:42 PM
Invidentes de EE.UU. boicotearán el estreno de "Blindness", basada en una obra de Saramago

http://mx.entertainment.yahoo.com/01102008/38/entretenimiento-invidentes-ee-uu-boicotear-n-estreno-blindness-basada-obra.html

Me pregunto porque, si ni siquiera la han visto!

Después de este chiste malo, reflexiono sobre la ceguera, yo, débil visual en menor grado, me he dado cuenta de como los ciegos de acá son igual de ciegos que los daneses, los camboyanos y los estadounidenses, la diferencia esta no en lo que dejan de ver sino en como dejaron de sentirlos los que si vemos.
En una nota del Mundo de Tehuacan leí que hubo no poca, sino nula asistencia, tomando en cuenta la cantidad de ciegos en la ciudad, al curso de Braille que se impartió en días pasados, me entristece mucho que la oscuridad tenga que lidiar con los oscuros políticos que son insensibles a la negra realidad de estas personas, no fue una cuestión de convocatoria, fue una cuestión de políticas de inclusión, quien quiere leer los libros que no puede comprar?, quien quiere ver lo que otros le oscurecen?.
Vi semanas atrás también a Geraldine de la Garza haciendo un reportaje para tv azteca sobre una familia de ciegos, con solo la madre como lazarillo, creo que mas por motivación personal que por politica de la empresa, convocó ella a la solidaridad, claro con camaras de por medio, lo increible es que no hubo respuesta de autoridad política alguna.
Yo, seguro, no dare mis corneas (madreadas por cierto) a ningun ciego, tampoco se que hacer, asi que inutil como soy ante muchas cosas que me entristecen investigue sobre el libro de Saramago Ensayo sobre la ceguera, que alude a la victoria del espíritu humano ante la debacle de la humanidad, una parabola ejemplar que usa nuestro miedo sensorial mas profundo, el miedo a la oscuridad para determinar acciones y estrategias basadas en el básico principio de la supervivencia colectiva. Busqué en e-bay por el libro, la versión Braille, cuesta 2,700 pesos, la version pa los que aunque sea con anteojos vemos, cuesta hasta 110 pesos, me di cuenta que aquellos administradores de la cultura están mas ciegos que nunca, no quieren ver que la literatura es para todos.

El ojo sin parpado (y astigmatico) los esta viendo...

RSH

domingo, septiembre 28, 2008


El Ojo Sin Parpado los esta mirando

Cine clubes: la forma oficial para no hacer nada o la Otra forma de hacerlo indy


Bastantes los hay por acá, con sus varios y respectivos nombres, cinéfilos los unos, fanáticos del cine los otros, admiradores del séptimo arte coinciden todos, todos adaptados a su modo y posibilidades para satisfacer su gusto cinematográfico y ellos coinciden, Tehuacan es lugar de coincidencias en gustos, demarcaciones intencionales de géneros fílmicos, todo por la diversidad de espectadores expectantes de mas cine y que han echado mano de sus recursos para coincidir en los llamados Cineclubs.

El ojo sin parpado fue el primer cineclub que conocí en Tehuacan y que estaba pretendidamente independiente, así que a iniciativa de Cristian León y con apoyo de los cuates y su familia, cada sábado se recetaba una dosis de tres a cuatro pelis empezando en la tarde, ahí mero, donde se juntan los viejitos y viejitas a echarle brillo a la pista con el danzón. En esos años disponer de un cañón solo era soñar despierto, esos sofisticados aparatos solos los tenían los ayuntamientos y al Ojo sin parpado no se lo facilitaron, el apoyo era solo el espacio y una sillas que teníamos que acarrear antes y después de la función, por fortuna no nos pedían dinero para la electricidad como ahora lo hacen con los viejitos del danzón, ¿si, toma tu apoyo cultural?

Clarisa y su semana de milagros, Blade Runner, El Apando, La Naranja Mecánica, Drugstore Cowboy, Metrópolis y muchas mas entre las otras mas que me perdí se exhibían, a falta de cañón se colocaban de 3 a 4 teles entre las sillas y hasta era una instalación, fue agradable descubrir que la convocatoria mas natural, la de boca en boca tuvo efecto inmediato ya que a media película volteabas y ya estaban ocupados los asientos por la mera diversidad, obreros, jovenas de secundaria, vagos, empleados municipales y bancarios, el poli, amas de casa, niños y los primeros fundadores de estas ahora famosas tribus urbanas se empezaron a dar cita en las funciones.

El “cinepub” como le llamamos en alguna ocasión se ejercitaba democráticamente cuando se invitaba a los asistentes no solo a opinar y comentar las pelis, también a que llevaran las suyas, llego incluso a decidirse por votación cual película poner. No había vinos de recepción ni bocadillos, frituras a granel y la ronda del refresco o la chela en alguna ocasión asentaba los filmes.

Este cineclub duró lo que el aguante monetario permitió, Cristian ya no podía solo y la solidaridad de la banda implicaba inconstancia, pero así como salio se fue, autónomo e independiente. Luego Gastón y Toño retomaron la idea, ya con cañón prestado pero soportando a los taimados burócratas que haciendo gala de su ignorancia jodieron y hasta pelis se robaron, el Ojo Sin Parpado ya no volvió a proyectar nada, aunque se que por ahí sigue la idea de sacarlo retomando su idea original, además de Los Olvidados que ya han exhibido semanas consecutivas en la BUAP, pero que olvidadizos no nos han compartido otra cartelera.

Recordé esto al recordar que los Góticos y/o Darks de manera mas privada tienen sus propios encuentros cinematográficos y que descuidados o mal encausados se enrollaron con la dirección de Cultura de esta ciudad que es provincia como dice el pedagógicamente el director y proyectaron sus películas en el palacio municipal, con una convocatoria un tanto sectaria, sin mucho consenso y con bastantes ganas de unos burócratas de esos que ya conocemos, de agandallarse el esfuerzo de los chavos y sin mucha resistencia de parte de ellos.

Un cineclub para ser, busca cumplir varias funciones, además de ser un lugar de encuentro para adeptos y potenciales espectadores, democratiza el acceso a cine al llevar filmes que no entran ni en las carteleras ni en los presupuestos destinados a la diversión y la cultura que los salarios deben incluir (ya estoy soñando otra vez). Un cineclub tiene por naturaleza una esencia independiente y hasta rebelde, ya que se adapta a espacios públicos o privados que no fueron diseñados para la exhibición y su convocatoria se realiza con medios mas alternativos que presupuestales la propia cartelera de las salas y cadenas de exhibición.

Por eso al proponer un cineclub lo primero que uno no dejara de observar es el origen y sus propuestas, la calidad cultural de la convocatoria y en este caso al que nos referimos, hasta la calidad moral del convocante.

Me refiero obviamente al cineclub instalado en la sala de cine de la casa de cultura, que además al ser convocado por autoridad o burocracia alguna pierde gran parte de su esencia, de lo que hablamos anteriormente,; la otra parte la pierde con su propuesta ya que solo exhibe películas que pasan en tv azteca, con esto la función de la Dirección de Cultura es mediatizar y/o mediocretizar la exhibición de lo que ellos llaman como otros muy “creativos” promotores oficiales, el Nuevo Cine Mexicano, que como la Movida Madrileña o el Boom de Bollywood, solo fueron inicios y luego pretextos para formatear y auto engañar al publico fácil. Vemos que el cierre espectacular de esta convocatoria lo tiene el bodrio llamado La Misma Luna, como con muchas ganas de confirmar que no existe un compromiso con la Formación de Públicos, porque al exhibir esta película convocan a dejar de ver a los tarados de la tele para verlos sudando la gota por ser menos insolentes en el cine, porque no hay propuestas que revaloren a los diversos públicos, que tomen consenso de la sociedad y de sus realidades y exhibir en ficción o en documental propuestas reflexivas y que enriquezcan al espectador.

Imagino que Gus Van Sant quisiera filmar a los emos de Tehuacan, pero los skatos de aquí seguro no han visto Paranoid Park, y los de la Dirección de Cultura ni saben quien es el y no lo saben porque no les interesa el publico joven, tribal, obrero, indio; tan es así que no les ofrecen calidad cultural, solo patrañas y burlas, solo los utilizan para inflar sus eventos, como debe ser con estos burócratas para justificar la inoperancia y sus sueldos, como lo esperamos de ellos.

El cine que debieran proponer debiera contenerse en un programa oficial, donde ellos, autoridades promuevan el arte audiovisual, su exhibición y creación y no solo escudarse en el esquema del cineclub porque solo desprestigian a esta Otra forma de ver, de encontrarse para socializar el cine, para mirarse en el cine.



Rodrigo Santiago Hernández
http://el-revoltoso.blogspot.com/