martes, mayo 31, 2011



la pistola

y la vieja, 
nunca se prestan
(dicho popular)

Estomago Pulp-itante

Amanecí escupiendo algo verde, pero no tengo tiempo de saber que es, esta es mi histéria.
Soy nicanor, sin mayuscula, soy aries con ascendente cancer, sin pedigri y me gustan los pantos cholos y las peliculas de balasos sin zeta. Tengo la sospecha de que mi chava me engaña, pero no quiero averiguarlo hasta que ella misma me lo diga. Por eso ya escondi los cuchillos de la casa y le preste la pistola al chinto, osea al Jacinto, el si usa mayuscula. Es la primera vez que no tengo un sospechoso, he aprendido a pensar como delincuente y ha actuar como policía, no se porque me gustaria que ahora fuera al revez. Creo que soy medio pendejo, lo de las armas blancas y la fusca.... tengo un problema de control neuronalpsiquenitros... Algo de eso me dijeron en cana la ultima vez, la safe por lurias y me puse a trabajar en una maquiladora. Eso es chido: estar lurias, trabajar en la maquila no.
Escupo otra vez algo verde, son las 3:00 am, anonima no esta.
Sigo escupiendo, ahora me duele la garganta y eso que salía verde ahora sale rojo. Huele raro. Desde que sospecho ha olido asi. Desde que sospecho huele así. Desde que sospecho que me ven la cara de pendejo huele así.
Escupo por la ventana eso verde que ahora ya es rojo, mis oidos se hinchan por el sonido de las maquinas de la maquila. Estoy solo. El sonido es invisible y recordar las maquinas me duele. El sonido no puede ser invisible, tal ves un trauma sonoro toma forma que n
Ya no tengo pastillas.
Creo que me duele la cabeza, aqui sigue oliendo raro. Desde que sospecho huele asi. Desde que me estan viendo la cara de pendejo huele asi. No creo. Me duele la cabeza y sigo escupiendo eso verde que ahora ya es rojo, tuve malos presentimientos desde que deje de soñar con yenifer lopes y el yogourt. Tengo malos presentimientos. Escupo por la ventana eso rojo que antes era verde, pienso en mi pistola, en que ya no le pongo jalones a la piedra y en que hace tres meses mi chava y el Jacinto se fueron al festin del sonido Royer mientras me quede a fumar mi bote, en eso pienso pero me interrumpe el recuerdo de las nalgas de la sobrina de mi madrina. El sermón del domingo sin ir a misa. Las latas de coca agujereadas debajo de la cama.
Abajo esta la nave del chinto, Jacinto, con mayuscula desde que se volvio encargado de linea, desde que parece dueño de la maquila, mi compa desde pipiolos, mi compa. Ahora baja la puta sin nombre que pude haber llamado zorra, pero ante todo soy un caballero y la llamare anonima, despues sera un cadaver. Los ruidos de las maquinas duelen. Los operarios chingones rechinamos los dientes. En el barrio siguen fumando piedra, su olor los delata, que bueno que yo ya n
Sigo vomitando eso verde y que ahora es rojo pero que duele como el ruido de la maquila... estoy mareado. Ellos se besan. El le aprieta una nalga que apunta hacia mi, jala el gatillo de su entre pierna. Ella se resiste como pidiendo mas, como sabiendo que me disparan.
Sigo vomitando eso rojo que antes era verde. Me apuntan sus besos, me disparan con su faje.
Estoy mareado, desarmado.
Empiezo a oir sus pasos, son como de borrachos, no son de teporochos, son de borrachos con risas, de traidores de la patria, de fresas que no fuman piedra que solo inhalan coca, de jijos de su puta madre que sienten lastima...

Increiblemente sigo vomitando eso que era verde y ahora es rojo. Estan entrando.
Su saludo me hace vomitarles esa mezcla de salsa macha y guacamole procesada desde el higado. Los saludo. Sudo. Ahora el chinto, osea Jacinto con mayuscula me habla de muchas cosas, solo ladra produccion y excelencia. Sonrio. Sudo y evito su mirada. Otra vez la tortura industrial en mis oidos, no es posible alucinar sonidos pero en un programa de telev
El chinto se va con todo y su puta mayuscula. Me ha dejado la pistola en la mano, las gracias y una sonrisa conbinada con un gíño que solo anonima entiende. Hormigas me recorren. Sudo. Apenas puedo sostenerme. Ahora ya no tengo malos presentimientos. Ahora ya no sospecho.
Sigo vomitando esto rojo que antes fue verde. Ya no pienso como delincuente. Ahora solo actuo como policía: Al menor movimiento cachondo disparo.
Ella dejó de moverse. C**o que la extrañare (?). Pero en eso no se ocupa mi mente. Mis ojos se pierden en su bello rostro aun maquillado con hilillos de sangre. Su sensual boca semiabierta. Tal vez nunca debí intentar dejar de fumar piedra. Tal vez deba fotografiarla como un recuerdo de su maldito amor.
Tal vez deba n

Sigo vomitando esa cosa roja que antes era verde.....
Truena la lata de refresco al chocar con el humo
Sigo vomitando esa cosa verde y ahora es roja.....
Los ruidos de las maquinas me siguen doliendo.
sueño misterios al pie del mar seco...



La sensación de solitariedad le embriagaba


Solo había recibido noches de cebada y besos atardecidos como complemento al misterio que esa marea negra de su pelo ocultaba


Ahora, solo ante esas recientes avenidas sin nombre caminaba sobre dos ruedas, soportando la musica individualista de los que sin avanzar se movian en cuatro ruedas, fundiendose en las luces que quemaban las retinas de los peatones/espectadores


Extrañaba ahora si, ser ese otro que fue en la otra vida del cuentista desempleado


Extrañaba ser ese gato pardo que fue durante tantas lunas y en menos azoteas, deseaba ser ese otro al que la distancia/tiempo no le dolia en los huesos


Cansado camino por el lado mas salvaje de la acera, pateando latas con la furia de quien puede destruir planetas y estrellas


Enojado de cansancio


Cansado de desesperanza


Durmió el sueño, creyó que lo había domesticado recordando las caricias nocturnas de quien nunca estuvo, las que le obsequiaron como destello de un terrible misterio


Durmió la distancia, desperto en medio de tanto tiempo sin ver la orilla, en medio de esa densa marea negra, no obtuvo respuestas, solo la duda empeñada en ser otro


Tomo su equipaje metafisico y huyo a donde las calles no tienen nombre


Acampa al lado del camino


Por las noches usa una mascara de lobo para poder soñar, para asustar a las ovejas electricas que (a)saltan estelares las barreras del sueño, intentando dormirlo


Mientras las luces boreales, las luces del desierto aullante, danzan descendiendo/ obsequiando sin recato la oscuridad, como marea negra, intoxicante y terriblemente hermosa.

Soy el Valle...


Soy la visión nocturna buscando aquelarre
También el viento chismoso
Y esas cosas que les llaman desmadre
Soy también polvo y pelusa
Y la hostia disfrazada de torta banquetera
El muégano, la causa obrera
La vieja persignada, la desquintada de cada ocho días
La embarazada y maquilera esperanza de vivir horas extras

Soy el valle
Padrino de los niños nonatos
Cargo en un ataúd pequeño los sueños mas puros
Ahijado de los ñoñatos
La malicia malhecha de los políticos humanos
Soy también entonces las intenciones del arriero
La triquiñuela en el trueque con los serranos
La hebilla troquelada en la otra mejilla
La contenta y moreteada comadre-cronista en carne viva

Enamoro a las hijas del patrón
Les enseño la verdad serrana
Los secretos del vaivén de las milpas
Regadas con residuos de mezclilla

A veces a las güeritas les regalo mi semilla
Así le hago contra la explotación
Mi venganza con jiribilla

Soy feligrés del "güero"
Fanático de los tacos de perro
mancornado por el "negro"
Soy subterráneo, subversivo
Arribista y zalamero
Aspiro a ser de los que escalan el subsuelo
Porque soy tradición deforme y quiero que vean
Que también gasto muncho dinero

Soy el valle
Ese muerto de hambre
De prestigio fiestero
Jámbense mi mole
Beban de mi pulque
Porque soy el pignorante mayordomo
Fugitivo que vino de otros lugares

El migrante mazateco de los dientes de oro
Vendo nieves y trafico volcanes
Y también tengo tres esposas que viven auto engañándose
Peleando por ver quien me jode el ego
Y quien coge con mi compadre

Soy el Valle
Dueño del reflejo calido
Que se adueña de los cerros
Soy redundante y redondo chilacteco
Favorecido por el dueño del cerro
Soy contador de historias que me platicaron los otros fuereños
Esas tantas que taparon los drenajes
Y provocan que salgan revueltos la mierda y los sueños

Soy revolución contenida contra todos los males
La indiferencia ante mis propias enfermedades
La ignición de mil fuegos bucofaríngeos
Soy murmullos vaginales
Soy el Valle
La educación sexual de los animales

La hago de pedo cuando estoy pedo
Redundo en mis discursos de a peso
Convoco revoltoso a los descontentos y ya entrados,
Contento al patrón me vendo
--Ahí se quedan nacos con su valle y sus males--
Ladino que se cotiza
Ese soy yo, ese Valle
El de los sin clase
Soy entonces ese Valle lleno de negros y negreros
Soy la estúpida vergüenza de los que ya no hablan como los abuelos
Soy el dueño del agua
La que esta embotellada y la azulada
También de la que esta en nuestros remeros
Por lo tanto la orino y le lanzo perros muertos
Soy Valle de pútridos apancles
Fermentados por el dinero
Valle embriagado por la moda
Pasarela como consuelo

Envidioso dueño de otras miserias
Fiel borrego del rebaño sagrado
Ebrio soldado de la causa del dinero
Tengo una bandera dividida impresa en una playera
Y solo la uso cuando nos acarrean a votar por quien sea
Soy Valle plano y llano
Porque todos están hundidos y agachados

Soy lo que tu debieras ser
Y ya cambiado te envidiaría
Por lo que te animo en publico y en secreto
Algo horrible te desearía

Soy ese Valle ladino
El que llama serranos a los tímidos
Indios a los que trabajan
Triunfadores a los explotadores
El Valle que besa manos y pies
El que desiste en el resiste porque la TV le insiste
El aplauso automático al preludio de un discurso barato

Soy el Valle custodiado por índios centuriones racistas
Administrado por absurdos remedos de gente
Soy este Valle que tu formaste
Soy el Valle que entregaste
El que cambiaste por espejos
El valle que ni siquiera vendiste

Mírame bien ladino
Desde el cerro de la cruz me veo mas extenso
Desde ahí arriba gritas creativo:
"Que bonito se ve sin mi este Valle"
Y desde abajo, bien horizontal;
Ladino, yo también pienso lo mismo.
junio 2007 copyleft--demonio púbico

La Hoguera


Desde entonces no dejo de correr,
 solo me detengo para tomar agua, comer y vomitar,
a veces si tengo tiempo como ahora
cuento la historia que me persigue,
a veces no.


Desde los vagones de ferrosur la vida era transportable, entre vagones vivíamos, dormíamos en las hamacas colgadas del chasis a ras de la rápida­ grava, despertábamos en otro lado, siempre al otro lado del río, siempre en el mismo lugar; así andábamos desde muy pendejos entre Tabasco, Chiapas y Guatemala, entre ida y venida vivíamos sin ganas de saber que eso ni era vida.

Siempre recuerdo que una vez una de las “tres Marías” cayo en las vías del tren, yo la vi clarito y según yo y lo que me acuerdo que vi es que tenia tiempo de salir por debajo del vagón, pero el miedo la paralizo y perdió los dos brazos, recuerdo que toda su familia gritaba y lloraba, mientras nosotros desde el techo de los vagones, sin hablar conocíamos la piedra.

La otra Maria no hablaba, solo miraba al cielo como ida, si hubiera sido bonita seria como la virgen que mira al cielo como perdida pero que se ve bonita, ella no, la María daba miedo y nunca te acostumbrabas. La otra María se había ido como su padre en el tren de paso, el que iba a San Luís. Nunca supimos de ella, nunca también preguntamos; tal ves tampoco se salvó del calor de “la hoguera”.

Recuerdo poco, pero aquel que fui, se imagino una discusión de amores, en la trifulca pensó que le quitaban un anillo, el de la amada María, la María que se había ido en el tren del norte con una bolsa de naranjas, la misma que nunca me regalo ningún anillo.
Lo que en realidad me quitaron a mordidas era el meñique. La disputa por la ultima piedrita convocaba a la policía.
La primer fuga.

Omar el mas grande de los dos hombres dio a fumar piedra a María “la ida”, su madre al ver esto los golpeo a los dos con saña y con un leño; el que se libro de mayor dolor fue Omar. María parapléjica no, pero empezaba a convertirse en Santa.

Entré al cuarto improvisado con laminas de ferrosur, mi encargo era solo matar a Miguel, Omar se dio cuenta y totalmente drogado y confundido me apunto su taquicardia empuñando una pistola sin soltar el cono de papel aluminio, yo señale con mi arma a Miguel mientras le cerraba el ojo. Omar le disparo dos veces y cuando su hermano Juan, chavalito como de 11 que se iniciaba en la piedra trato de calmarlo también le disparo, sudoroso se  hinco de espaldas al baño de sangre y fumo su pipa con crack, los morenos y canteros sudaban mucho mas. No se movieron.

Llegaron las hermanas Marías, una empujada por su madre en el carretón de madera que hizo Omar, tal ves lo único bueno que hizo; la otra empujada por la depresión del incesto, sin manos. Entraron vadeando la zanja que hicimos engañando a todos con una gran fiesta en la cantera, un hoyo para cocinar la res que compraríamos, seria en grande; pero no recuerdo porqué ya no hicimos nada, porque antes éramos héroes en la cantera que le decían “La Hoguera”…

…le dispare a Omar cuando quiso golpear a uno de los negros que le arañaba la piedra.

Sigo sin saber porque uno de esos mismos canteros mas adictos se echo la culpa, se levanto llorando mientras los demás lloraban sudor y temblores y con las manos hizo señas de que el había disparado a todos, la María mayor, la madre; me miro de reojo y en ese momento sentí que nunca debí haber dejado mi vida de adicto para volverme  proveedor, sicario, culero; deseaba ser un negro más, empapado en taquicardias y rechinidos de dientes, resollando con la escasa saliva y el ligero impulso motivante de la siguiente inhalada de piedra, el sueño de dejar el vicio tomando el tren a San Luís, aquellos desgraciados sueños y soñadores tenían mejor destino que el mío y María la madre, india y de mirada triste y dura me lo hizo saber mirando de reojo mi indigna sombra.

Nosotros desde chavalos andábamos en el tren, crecimos trabajando, estibando y robando solamente la lamina pa´l techo y el maíz pa´ comer, vimos como cada vez el tren traía más gente, les  aventábamos naranjas a los del carguero de media noche…

Maria, la madre le bajo la mano al negro, al chavalo que se culpaba de lo que la droga, los trenes y yo provocamos, lo sentó lentamente, maternal lo consoló y volteo hacia la ventana donde yo había dejado mi revolver con ganas de que lo usara conmigo, las Marías no hablaban, una no podía y la otra sin manos para tapar a los hermanos, le dejaba al silencio esta lastimosa tarea.

Yo empezaba a correr.

Maria, la señora en el foso puso leña y diesel del que robábamos…

…yo seguí corriendo mas arriba hacia donde el tren como serpiente de fierro perforaba los cerros, a los túneles que me dieron tanto miedo siempre,  cuando éramos otros, cuando éramos el orgullo de todos los canteros porque no habíamos salido mareros…

Luego se oyeron los disparos, el grito ahogado de los niños, los hermanos de Miguel gritaban aterrados y luego con otro disparo los gritos se acabaron…

Las señoras que siempre cuentan todo lo que ven y se reservan los horrores, lo hicieron saber tan bien que hasta yo que ando bien lejos me enteré, dicen que trataron de impedirlo pero era ya tarde…

…Que cuando llegaron María, la madre estaba empujando al foso de la fiesta el cuerpo de su hija María sin manos, le gritaron pero el fuego y su quedo tronido eran estridentes, después de matar a sus dos hijas se puso la pistola en la sien y se disparo cayendo a la hoguera.


Se que los fantasmas también están cansados,
ahí aprovecho para descansar y contarlo,
 pero se que no dejare de correr
porque no se cuando me alcance esa bala
que yo mismo he disparado.