jueves, octubre 09, 2008


México esta sufriendo de bipolaridad, dice la actriz Dolores Heredia


Alonso Fragua
Para la actriz Dolores Heredia (La Paz, B.C.S., 1966) la política es la vida. “No hay nada que no sea político. Cada uno de nuestros actos es político. Aunque los políticos digan lo contrario. Cada acto de nuestra vida tiene una repercusión. Creo que todos tendríamos que formar parte y hacer conciencia de esto. En el momento que hiciéramos conciencia de esto, no nos tomarían el pelo ni nos tratarían como unos chiquillos imbéciles”.

Del 2 al 7 de octubre, la protagonista de Santitos (Springall, 1999) participó en el cortometraje El horno, del director poblano Raúl Caballero, que se filmó en Coapa, San Pedro Cholula. A pesar de filmar un largometraje en Monterrey, estar a la mitad de las grabaciones de una telenovela y tener el compromiso de promocionar una cinta en el Sexto festival internacional de cine de Morelia en estos días, Heredia comentó para este medio que, además de confiar en el trabajo de Caballero, en su guión encontró “una intensidad, misterio y un ritmo muy lindo” (Jornada de Oriente, número 3339).

–La pregunta de siempre: ¿cuál es la situación del cine mexicano hoy?

–Yo he tenido años donde he hecho hasta tres películas. Ahorita sé que estoy en una etapa distinta y que eso para la industria es ‘ya llegó a los 40, entonces ya no es nuestra dama joven’. Y es raro, porque yo en mi vida siento que la parte interesante está empezando. Las historias más interesantes están ocurriendo en este momento. Las reflexiones más interesantes son en este momento. Y de pronto siento que en el cine se están buscando historias que son un poco más frívolas, más trilladas. Hablo desde los guiones, los conflictos y por supuesto las historias.


“A mí me faltan muchas historias que tengan que ver con lo que está pasando. Con algo que refleje lo que nos está ocurriendo. Están pasando cosas tan increíbles en este país. Pero parece que el país está sufriendo de bipolaridad: vivimos una realidad y nos comportamos como si viviéramos en otra. Pasamos de la dicha al desasosiego, luego a la decepción. ¿Ah, sí? Pero no pasa nada. ¿Ah, sí? Nuestra economía está blindada. ¿Ah, sí? Tenemos un presidente que no es, pero hay otro que es el legítimo pero tampoco es. ¿Qué estamos viviendo? Y todo eso no se esta reflejando en nuestro cine (de ficción).”

“El cine es un documento. Es un documento interesantísimo. Si volteamos a la historia del cine en Francia o Alemania, va retratando un poco sus tiempos, sus crisis, sus aciertos y nuestro cine se está quedando un poco en la superficie”.

–¿Y qué hay del cine documental mexicano?

–En el documental tampoco estamos reflejando esta realidad, porque tal vez se hacen muchos, pero no se exhiben.

Antes de la entrevista, Dolores Heredia y el equipo de El horno discuten sobre los movimientos específicos que la actriz y las tres pequeñas que interpretan a sus hijas deben realizar para no alterar la continuidad de la escena. Heredia, segura, da su opinión. “Me dicen la actriz continuista”, bromea. “Por eso te traje a ti y no a Salma”, le contesta riendo el director, quien observa en su monitor la cabaña donde las cuatro mujeres viven su soledad tras la partida del padre de familia y los otros tres hijos varones que trabajan ilegalmente en Estados Unidos.

–¿Cuál es la importancia de una producción más que aborda, de una u otra forma, el tema de la migración?

–Es un tema con el que nos bañamos todos los días. De cualquier manera, en cualquier cosa que hagamos en nuestra vida, la migración nos está tocando, nos afecta. Y es determinante para nuestras vidas: nuestros seres queridos que están allá, nuestros desconocidos que trabajan allá, las remesas que llegan o no, el desequilibrio que existe para cualquier país a nivel social, económico o humano, las familias que se desintegran. Es un temazo la migración y tiene muchos ángulos.

El proyecto de El horno cayó en manos de Heredia gracias a que Caballero es asistente de dirección de la telenovela que actualmente graban ambos. Sin embargo, éste no es su primer papel en una producción sobre el tema de la migración, directa o indirectamente. Algunos ejemplos anteriores son La hija del puma (Faringer y Hultberg, 1994), la antes mencionada Santitos, el cortometraje Al final de día (Ceballos, 2006) y El viaje de Teo (Doehner, 2008).

–¿Has buscado este tipo de proyectos?

–No. Son proyectos que me han llegado con naturalidad. Creo más bien que es un tema latente del cual es difícil escabullirte. De hecho, ahora en Morelia se va a estrenar una película que se llama El purgatorio (Rochín, 2008). Son tres cuentos de Juan Rulfo. Yo hago uno que se llama Un pedazo de noche y es otra vez la migración, pero la que vivimos al interior del país. El campo y cómo se está quedando solo. Como se están yendo familias enteras a las grandes ciudades y como éstas están siendo pobladas cada vez más por campesinos. Es un problema grande, con muchos niveles.

La propia Heredia ha experimentado el tema de la migración de manera directa, no porque tenga familiares en el extranjero o pertenezca a algún organismo relacionado con esta problemática, sino porque vivió fuera de México por casi 10 años. “El vivir fuera de mi país, sobre todo siendo morenita, y aunque era actriz, fue muy duro. Cruzar fronteras, enfrentarte con esos policías que defienden las líneas territoriales, es terrible”.



Morelia

Con motivo de la presentación de El purgatorio en el Sexto festival internacional de cine de Morelia –que se celebra del 4 al 12 de octubre– y considerando la detonación de las dos granadas en la plaza Melchor Ocampo de esa ciudad el pasado 15 de septiembre, se le preguntó a la actriz cómo creía que afectará este hecho al evento.

“A mí no me ha llegado ningún rebote de eso (sobre una negativa de los cineastas a asistir). Creo que dijeron (los organizadores) que la clausura se va a transformar, que va a ser un poco más discreta. También sé que habrá mucha seguridad. Sobre todo afecta moralmente. A mí me da mucha rabia que haya ocurrido esto. Sinceramente pienso cualquier cosa. Pienso desde que se lo haya inventado Felipe Calderón para legitimarse, hasta que el grupo de narcos que está golpeando Calderón, al que no está favoreciendo, de pronto dijo ‘ahí te va, donde más te duela’. Donde suponen que más le va a doler porque la gente nunca le va a doler a alguien que está en el poder y que además lo está usurpando”.