domingo, septiembre 28, 2008


El Ojo Sin Parpado los esta mirando

Cine clubes: la forma oficial para no hacer nada o la Otra forma de hacerlo indy


Bastantes los hay por acá, con sus varios y respectivos nombres, cinéfilos los unos, fanáticos del cine los otros, admiradores del séptimo arte coinciden todos, todos adaptados a su modo y posibilidades para satisfacer su gusto cinematográfico y ellos coinciden, Tehuacan es lugar de coincidencias en gustos, demarcaciones intencionales de géneros fílmicos, todo por la diversidad de espectadores expectantes de mas cine y que han echado mano de sus recursos para coincidir en los llamados Cineclubs.

El ojo sin parpado fue el primer cineclub que conocí en Tehuacan y que estaba pretendidamente independiente, así que a iniciativa de Cristian León y con apoyo de los cuates y su familia, cada sábado se recetaba una dosis de tres a cuatro pelis empezando en la tarde, ahí mero, donde se juntan los viejitos y viejitas a echarle brillo a la pista con el danzón. En esos años disponer de un cañón solo era soñar despierto, esos sofisticados aparatos solos los tenían los ayuntamientos y al Ojo sin parpado no se lo facilitaron, el apoyo era solo el espacio y una sillas que teníamos que acarrear antes y después de la función, por fortuna no nos pedían dinero para la electricidad como ahora lo hacen con los viejitos del danzón, ¿si, toma tu apoyo cultural?

Clarisa y su semana de milagros, Blade Runner, El Apando, La Naranja Mecánica, Drugstore Cowboy, Metrópolis y muchas mas entre las otras mas que me perdí se exhibían, a falta de cañón se colocaban de 3 a 4 teles entre las sillas y hasta era una instalación, fue agradable descubrir que la convocatoria mas natural, la de boca en boca tuvo efecto inmediato ya que a media película volteabas y ya estaban ocupados los asientos por la mera diversidad, obreros, jovenas de secundaria, vagos, empleados municipales y bancarios, el poli, amas de casa, niños y los primeros fundadores de estas ahora famosas tribus urbanas se empezaron a dar cita en las funciones.

El “cinepub” como le llamamos en alguna ocasión se ejercitaba democráticamente cuando se invitaba a los asistentes no solo a opinar y comentar las pelis, también a que llevaran las suyas, llego incluso a decidirse por votación cual película poner. No había vinos de recepción ni bocadillos, frituras a granel y la ronda del refresco o la chela en alguna ocasión asentaba los filmes.

Este cineclub duró lo que el aguante monetario permitió, Cristian ya no podía solo y la solidaridad de la banda implicaba inconstancia, pero así como salio se fue, autónomo e independiente. Luego Gastón y Toño retomaron la idea, ya con cañón prestado pero soportando a los taimados burócratas que haciendo gala de su ignorancia jodieron y hasta pelis se robaron, el Ojo Sin Parpado ya no volvió a proyectar nada, aunque se que por ahí sigue la idea de sacarlo retomando su idea original, además de Los Olvidados que ya han exhibido semanas consecutivas en la BUAP, pero que olvidadizos no nos han compartido otra cartelera.

Recordé esto al recordar que los Góticos y/o Darks de manera mas privada tienen sus propios encuentros cinematográficos y que descuidados o mal encausados se enrollaron con la dirección de Cultura de esta ciudad que es provincia como dice el pedagógicamente el director y proyectaron sus películas en el palacio municipal, con una convocatoria un tanto sectaria, sin mucho consenso y con bastantes ganas de unos burócratas de esos que ya conocemos, de agandallarse el esfuerzo de los chavos y sin mucha resistencia de parte de ellos.

Un cineclub para ser, busca cumplir varias funciones, además de ser un lugar de encuentro para adeptos y potenciales espectadores, democratiza el acceso a cine al llevar filmes que no entran ni en las carteleras ni en los presupuestos destinados a la diversión y la cultura que los salarios deben incluir (ya estoy soñando otra vez). Un cineclub tiene por naturaleza una esencia independiente y hasta rebelde, ya que se adapta a espacios públicos o privados que no fueron diseñados para la exhibición y su convocatoria se realiza con medios mas alternativos que presupuestales la propia cartelera de las salas y cadenas de exhibición.

Por eso al proponer un cineclub lo primero que uno no dejara de observar es el origen y sus propuestas, la calidad cultural de la convocatoria y en este caso al que nos referimos, hasta la calidad moral del convocante.

Me refiero obviamente al cineclub instalado en la sala de cine de la casa de cultura, que además al ser convocado por autoridad o burocracia alguna pierde gran parte de su esencia, de lo que hablamos anteriormente,; la otra parte la pierde con su propuesta ya que solo exhibe películas que pasan en tv azteca, con esto la función de la Dirección de Cultura es mediatizar y/o mediocretizar la exhibición de lo que ellos llaman como otros muy “creativos” promotores oficiales, el Nuevo Cine Mexicano, que como la Movida Madrileña o el Boom de Bollywood, solo fueron inicios y luego pretextos para formatear y auto engañar al publico fácil. Vemos que el cierre espectacular de esta convocatoria lo tiene el bodrio llamado La Misma Luna, como con muchas ganas de confirmar que no existe un compromiso con la Formación de Públicos, porque al exhibir esta película convocan a dejar de ver a los tarados de la tele para verlos sudando la gota por ser menos insolentes en el cine, porque no hay propuestas que revaloren a los diversos públicos, que tomen consenso de la sociedad y de sus realidades y exhibir en ficción o en documental propuestas reflexivas y que enriquezcan al espectador.

Imagino que Gus Van Sant quisiera filmar a los emos de Tehuacan, pero los skatos de aquí seguro no han visto Paranoid Park, y los de la Dirección de Cultura ni saben quien es el y no lo saben porque no les interesa el publico joven, tribal, obrero, indio; tan es así que no les ofrecen calidad cultural, solo patrañas y burlas, solo los utilizan para inflar sus eventos, como debe ser con estos burócratas para justificar la inoperancia y sus sueldos, como lo esperamos de ellos.

El cine que debieran proponer debiera contenerse en un programa oficial, donde ellos, autoridades promuevan el arte audiovisual, su exhibición y creación y no solo escudarse en el esquema del cineclub porque solo desprestigian a esta Otra forma de ver, de encontrarse para socializar el cine, para mirarse en el cine.



Rodrigo Santiago Hernández
http://el-revoltoso.blogspot.com/

1 comentario:

Rodrigo Santiago dijo...

excelente articulo!!