domingo, septiembre 07, 2008


El Arbol I

Soy el de los mas antiguos seres inermes
Testigo de noches desvencijadas
El centro de fiestas y aquelarres.

Soplo con mis multiples brazos el anafre
Del universo y brillan las brazas estelares.

Soy el sabio de las montañas
El que se congratula con las tormentas
Al que la rutina nunca exaspera
El que ya no se asusta con la motosierra.

Soy escondite de niños y duendes
Incitador de precoces amantes
Me alimento de arrullos y sueños, a veces de arroyos
Y tu destino me nutre desde el fondo de galeras y abismos.

No solo las vi, tambien las peleé,
Esas antiguas batallas
Por la tierra y por el agua.

Se han olvidado de mi importancia
A veces me recurren en poemas de amor
Y otras en noches de torturas y hogueras
La industria cree que la flama debe ser mi eterna compañera.

El viento traduce mi lengua, la lleva de viaje
Mis hojas crujen en un murmullo:
Los mil y un subversivos mensajes
Pero alla en el Valle
Siguen sin enteder el sentido de mi lenguaje.

Esos silbidos nocturnos
Son traducciones de muchos parlantes
Unos de aguas oscuras y extintos rios
Se dicen habitantes
Unos con el rostro cubierto y
De la galaxia invocantes
Otros hasta se dicen nahuales, otros nada dicen,
Solo rien en enanos festivales

El reino de la montaña resiste
Y hasta en el valle los mas verdes mezquites lo saben
No son murmullos los que se oyen
En la cañada ya son rumores,
Tambien los viejos Cactus y sus tambores lo saben.

El tronar de la motosierra
Acompasa nuestros ritmos tribales
Ya las ardillas se mudan de los huecos
Y las hormigas nos dejan muertos
Vacios de las venas y colmenares
Tambien con tristeza veo
A las aves dejar de hacernos con sus nidos
Esos hermosos homenajes.

El agua esta envenenada
Como aquellos que creen que pueden comprarla
Como los que la ensiucian
Como los que no voltean a mirarla.

Hace meses que un Tule vecino
Se desconectó del apancle
Resistencia! dijo mientras caía la lluvia
Lo vi arder en flama de furia
Lo vi caer, fragmentandose
Y se inmoló para no ser mueble
En menos de tres días
Su llanto crujía
El viento quizo consumirlo
Y sopló asistiendo la natural eutanasia
Pero las llamas eran ya destino
Y solo logró acarrear
Lamentos entre silbidos
Que desconcertaron mas que el trueno de la tormenta
A los jovenes Huajes
Mas que el ruido de la motorierra
A los viejos y sentimentales Sauces.

Esa noche no pude soplar el anafre
estelar que llaman universo.

Embriagado por las pencas
Para los humanos serviciales,
Tuve un sueño de neutle y ayahuasca
En donde se libraban antiguas batallas
Contra los antiguos males
Entre el trueno y guerreros inmoviles
Entre el fuego y arboles bestiales.

El viento traduce mi lengua, la lleva de viaje
Mis hojas crujen en un murmullo:
Los mil y un subversivos mensajes
Ahora se que ya muchos lo saben:
Ya está por comenzar
La ultima gran batalla de los arboles...

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